Desde hace muchos años es común escuchar lo importante que es realizar muchas comidas pequeñas a lo largo del día para acelerar el metabolismo y así perder más grasa, o que incluso nos ayudan a regular la glucosa en sangre.

Con el paso del tiempo, la evidencia científica nos ha ido aclarando si esto era cierto o no.

Por ejemplo, en 2009 se llevó a cabo un estudio que planteaba 2 dietas iguales en cuanto a calorías pero distribuidas en más o menos comidas a lo largo del día (Increased meal frequency does not promote greater weight loss in subjects who were prescribed an 8-week equi-energetic energy-restricted diet).

La conclusión de este estudio mostraba como la pérdida de peso era la misma en ambos casos, dando toda la importancia a la restricción calórica en vez de al momento en el que se realizaban las comidas. Igual que este, otros muchos estudios han aclarado cómo este factor, el número de comidas, tiene un impacto poco relevante sobre el resultado final.

Por tanto, ¿debemos hacer más o menos comidas al día?

En personas sanas, no es necesario tomar una decisión definitiva y más bien podríamos basar nuestra elección en la comodidad que nos produce, tanto en nuestro horario como también conforme a nuestros objetivos.
Si por ejemplo, hacer pocas comidas pero más grandes le supone digestiones más pesadas o sensación de plenitud, puede optar por repartirlas en más comidas. Si por el contrario su horario le impide poder hacer comidas pequeñas pero frecuentes, puede optar por comidas más abundantes.

Elige el número de comidas que más se adapte a ti y así te será más fácil seguir una dieta equilibrada y saludable.